Cuando oyes la palabra loft puede que te imagines una de esas viviendas espaciosas, diáfanas y luminosas de Brooklyn, en Nueva York, como en las películas. Sin paredes, con unos muebles de diseño y amplias ventanas que dejan entrar mucha luz. Pues bien, no estás del todo desencaminado, pero en esta ocasión lo que queremos es juntar ese estilo con lo acogedor de un hogar amplio.
Este se caracteriza por una abundancia de espacios abiertos combinado con elementos industriales para decorar (techos muy altos, paredes de ladrillo, vigas y tuberías a la vista, pisos de cemento).
Los loft surgieron como el aprovechamiento doméstico de un espacio calificado de uso industrial o comercial.
Demuestran cómo los edificios industriales más hostiles e inadecuados se transforman bajo la influencia del arte, convirtiéndose en hogares lujosos e impactantes.
Se caracterizan por una textura expresiva de paredes y techos: ladrillo, hormigón o yeso áspero, sin enmascarar el material de los bloques de pared.
Cómo puedes ver es un estilo bastante arriesgado y fuera de la zona de confort a la que estamos acostumbrados.
Personalmente, este tipo de espacios son una belleza digna de admirar.
Juntar las características de un loft con la naturaleza es la mejor elección.